Historia


Todo empezó aquí, en el Bajo Piamonte, en esta zona llamada Roero, al noreste de la provincia de Cuneo. Allá por 1951, mi bisabuelo Giuseppe y mi bisabuela Rosina se instalaron en las colinas que serpentean a lo largo de la margen izquierda del río Tanaro, donde, hoy como entonces, los cultivos se insertan en una naturaleza a veces todavía incontaminada.

En la fortaleza de Santa Vittoria d'Alba, que domina el Roero y de la que es digna vanguardia, ocuparon la casa donde actualmente se encuentra mi empresa.
Inicialmente construyeron un pequeño establo para albergar una yunta de bueyes, que utilizaban para el trabajo del campo, dos vacas y algunos terneros.
Inmediatamente detrás de la casa, el bisabuelo Giuseppe trabajaba con pasión un pequeño viñedo que abastecía el vino para las necesidades familiares.

Con el paso de los años, mi abuelo Lorenzo, apasionado de la crianza pero sobre todo de la viticultura, decidió ayudar a su padre en las labores agrícolas. Los años fueron favorables y padre e hijo comenzaron a adquirir algunos viñedos en buenas ubicaciones y aumentaron la cría de ganado. Gracias a mucho trabajo, también llegó el momento de comprar el primer tractor y construir un nuevo establo.

En 1968 nació mi padre Valter, que se acercó al mundo de la agricultura desde muy pequeño y al finalizar sus estudios, en lugar de optar por trabajar en una fábrica, se quedó en casa para trabajar con el abuelo Lorenzo, hoy jefe de la empresa, y la abuela Marilena, con el objetivo de incrementar el cultivo de la vid.

Fueron años de crecimiento en el campo del cultivo de la vid y en 1999, mi padre y mi abuelo coincidieron en que querían hacer un cambio en la empresa agrícola abandonando definitivamente la ganadería para dedicarse exclusivamente a la viña, reconvirtiendo también algunos campos de avellano. arboledas.

Y aquí venimos a mí.

Nací en 1995 y desde pequeño acompañaba a mi abuelo a trabajar en los viñedos. Lo observé podando a finales de otoño, atando los brotes, observando cuidadosamente los brotes mientras se hinchaban y luego, a finales de primavera, eligiendo cuidadosamente qué brote dejar para que produjera los mejores racimos; Lo vi mirando preocupado al cielo oscuro esperando la llegada de la tormenta y sonriendo, cuando comenzaba la fase de envero en agosto. Compartí con mi abuelo y mi padre la emoción de la cosecha y la emoción de prensar algunas uvas, oliendo profundamente el aroma del mosto que salía de las cubas y se esparcía por todos lados.

Todas estas sensaciones, vividas desde pequeña, me ayudaron a comprender que ese era el camino que quería tomar.

Después de obtener mi diploma al final de mis estudios en la Escuela Agrícola de Grinzane Cavour, comencé a trabajar a tiempo completo en la empresa familiar. En los últimos años he intentado aprender cada vez más sobre el mundo del vino, desde los grandes productores hasta los más pequeños.
Poco a poco fue naciendo en mí la idea de querer elaborar grandes vinos, en una zona adecuada como la de Santa Vittoria d'Alba, pero lamentablemente todavía poco conocida.

Finalmente en 2017, a los 22 años, renovando el antiguo establo familiar y transformándolo en bodega, logré montar mi propia empresa que se ocupa de toda la cadena productiva: desde la gestión de los viñedos hasta la venta del producto terminado. producto manteniendo siempre la atención al detalle.